El hierro, clave en nuestro torrente sanguíneo
El hierro es un mineral presente en todas nuestras células cuyo papel es esencial para el buen desarrollo de muchas de las funciones vitales de nuestro organismo. Su principal objetivo es producir hemoglobina en los glóbulos rojos, una proteína que se encarga de llevar el oxígeno desde los pulmones a los tejidos de todo el cuerpo. Cuando, por alguna razón, nuestro organismo se encuentra ante una carencia de hierro, algunas de nuestras funciones vitales sufren dificultades que pueden llegar a ser serias, como explica la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia.
En las mujeres, hay algunos momentos especialmente susceptibles de padecer falta de hierro o ferropenia: por ejemplo, durante la adolescencia, cuando el crecimiento es muy rápido, o en la edad fértil, si las menstruaciones son bastante abundantes. Si la ferropenia empeora, podría derivar en una anemia ferropénica.
¿Por qué se produce la anemia ferropénica en las mujeres?
La causa más frecuente de anemia es la deficiencia de hierro, que puede originar anemia ferropénica. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que entre un total de 1.500 y 1.740 millones de personas en el mundo padecen anemia ferropénica, lo que supone el 24,8% de la población. En el caso de las mujeres en edad fértil, un número elevado de casos de anemia ferropénica están provocados por exceso de pérdida de sangre en las menstruaciones.
Salvo excepciones, una buena suplementación de hierro suele solucionar el problema de falta de hierro en mujeres en edad fértil, y la buena noticia es que este problema desaparecerá para siempre cuando lleguemos a la menopausia y dejemos de tener la menstruación.
Otro momento de la vida de las mujeres en el que aumenta el riesgo de sufrir déficit de hierro es durante el embarazo, cuando el volumen de sangre aumenta considerablemente para aportar el oxígeno y los nutrientes que necesita el embrión para desarrollarse. Al producirse ese aumento de sangre, debería aumentar también el volumen de hierro. Sin embargo, el organismo no siempre está preparado para doblegar esfuerzos. Para evitar que se llegue a desarrollar una anemia ferropénica en el embarazo, lo más adecuado es cuidar los hábitos alimenticios e incorporar en nuestra dieta alimentos ricos en hierro y, si es necesario, empezar a tomar una suplementación de hierro. ¿Cómo saber si ese es nuestro caso? A través de los análisis de sangre rutinarios que se realizan a lo largo del embarazo. En base a estos, el ginecólogo o matrona puede detectar si existe un déficit de hierro y si es necesario un aporte adicional.
Síntomas más comunes del déficit de hierro

Estos son los síntomas más comunes que solemos presentar las mujeres ante unos niveles bajos de hierro en el organismo:
- Cansancio extremo
- Fatiga crónica
- Debilidad
- Palidez en la piel
- Cambios en el apetito
- Pérdida de peso
- Calambres y otras molestias musculares
- Dolores de cabeza y cefaleas
- Sensación de mareo
- Ojos apagados
- Pérdida de cabello
- Uñas quebradizas
- Falta de aire al respirar
- Manos y pies muy fríos
- Alteraciones de la frecuencia cardiaca
- Menstruaciones irregulares
- Irritabilidad
- Inflamación y molestias en la lengua
- Bajo estado de ánimo
Ante la mínima sospecha de estar sufriendo un déficit de hierro, es necesario acudir al médico para que pueda valorar nuestros niveles de hierro a través de una analítica de sangre.
¿Cómo podemos solucionar la falta de hierro?
Ten presente que el déficit de hierro no es algo que podamos ignorar. Es algo que debe tratarse a tiempo y convenientemente porque, de lo contrario, podría llegar a convertirse en un problema serio de salud.
Así se pueden mejorar los niveles de hierro en el organismo:
- Alimentación: Una alimentación adecuada y rica en hierro es muy eficaz a largo plazo para prevenir la anemia y para mantener unos niveles óptimos de hierro. Es importante incluir en la dieta alimentos ricos en este mineral (como carnes rojas, pollo y pescado) y hierro no hemo, presente en legumbres, espinacas y frutos secos. Además, conviene tomar un aporte de vitamina C para asegurarnos de que nuestro organismo pueda absorber bien el hierro de los alimentos que tomemos. Evitar el consumo de café o té durante las comidas también puede ser beneficioso, ya que estos pueden inhibir la absorción del hierro.
- Suplementación de hierro: La suplementación de hierro es esencial cuando la dieta no es suficiente para cubrir las necesidades del organismo. Es recomendable que los complementos alimenticios de hierro sean administrados bajo supervisión de un profesional sanitario, ya que una dosificación adecuada es clave para evitar efectos secundarios como el malestar gastrointestinal. Es importante seguir las indicaciones médicas sobre la duración del tratamiento y la dosis, además de considerar factores que influyen en la absorción del hierro, como la ingesta conjunta de vitamina C.
- Hierro intravenoso: Si llegamos al punto de tener los niveles de hierro en sangre demasiado bajos sin haber detectado los síntomas, lo más eficiente sería el hierro intravenoso en una o varias sesiones. Es la manera más rápida de recuperar el tono y mejorar el problema del cansancio o la fatiga provocado por unos malos niveles ferropénicos, pero no es adecuado para todo el mundo ni en todas las circunstancias y puede tener efectos secundarios como mareos, dolor de cabeza, sensación de sabor metálico o vómitos y diarreas.

MUSA FERRO para vencer la fatiga causada por déficit de hierro
Cuando existen problemas de cansancio y fatiga u otros síntomas relacionados con un déficit de hierro, un complemento alimenticio puede convertirse en el mejor aliado para recuperar el tono y la energía. Te presentamos MUSA FERRO, un complemento especialmente diseñado para mujeres con bajos niveles de hierro provocados por pérdidas menstruales abundantes.
Además de hierro, MUSA FERRO contiene vitaminas B12, B2 y B6, que contribuyen a la formación normal de glóbulos rojos, y otros ingredientes que también favorecen la recuperación de la vitalidad como el ácido fólico o la vitamina C, que contribuyen a la absorción del hierro y también aportan energía y bienestar.
Si ya has tomado hierro alguna vez, sabrás que lo peor de tomar un suplemento para la anemia es que tiene efectos secundarios bastante incómodos, como dolor de cabeza, estreñimiento y otros problemas gastrointestinales que van desde las náuseas hasta los vómitos, pasando por los cólicos o el ardor de estómago. Por suerte, MUSA FERRO está elaborado con hierro microencapsulado en liposomas (Lipofer®), un ingrediente que ayuda a mejorar la tolerabilidad y la absorción y que por lo tanto no produce molestias gastrointestinales, ni tiene ese sabor metálico propio de los suplementos de hierro tradicionales. Una cápsula de MUSA FERRO una vez al día durante al menos 8 semanas puede ayudarte a recuperar los niveles normales de hierro en el organismo.
Referencias
- Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH). La SEHH se suma al Día Mundial del Déficit de Hierro y alerta sobre su impacto en la salud [Internet]. SEHH; 2024 [citado 9 de diciembre de 2024]. Disponible en: https://sehh.es/noticias/101359-la-sehh-es-noticia/126050-la-sehh-se-suma-al-dia-mundial-del-deficit-de-hierro-y-alerta-sobre-su-impacto-en-la-salud
- Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Anemias carenciales: guía para su diagnóstico y tratamiento [Internet]. Madrid: Ministerio de Sanidad; 2012. Disponible en: https://www.sanidad.gob.es/biblioPublic/publicaciones/docs/anemiasCarenciales.pdf
- Zazo P, Rubert M, Alberquilla A, de la Piedra C. Anemia ferropénica en la premenopausia. Aten Primaria [Internet]. 2020 [citado el 29 de agosto de 2024];52(7):511–3. Disponible en: http://dx.doi.org/10.1016/j.aprim.2019.10.008
