El descenso radical de estrógenos que se produce en nuestro organismo durante el climaterio trae consigo una serie de síntomas físicos, psicológicos y emocionales que pueden complicar mucho el día a día de las mujeres.
De entre todos estos síntomas de la perimenopausia y la menopausia, los sofocos y los sudores son los más conocidos, pero ¿sabes cuál es la diferencia entre los sofocos y los sudores nocturnos y qué puedes hacer para disminuir sus efectos?

¿Qué son los sudores nocturnos en la menopausia?
Aunque es difícil generalizar en cuanto a síntomas, la mayoría de las mujeres que atraviesan la menopausia sufren sofocos o sudores, más o menos intensos, a lo largo de varios años. Es, inevitablemente, uno de los efectos más comunes de la perimenopausia y la menopausia y también uno de los más incómodos.
Los sofocos suelen aparecer en la transición a la menopausia con una frecuencia aproximada del 40% en la primera etapa y van aumentando hasta el 60-80% en la última fase de la transición y en la posmenopausia inicial. En general, los sofocos son auto limitados y no representan un problema grave para la salud, pero es cierto que pueden llegar a afectar de manera importante a la calidad de vida de algunas mujeres.
Un sofoco llega siempre de forma inesperada. De repente, sientes un calor muy intenso en el pecho o en la cara y, como una ola, ese calor recorre otras zonas de tu cuerpo. Inmediatamente rompes a sudar de forma exagerada y, pasados unos pocos minutos, el calor desaparece. Los sofocos, tal como vienen, se van, pero te dejan el cuerpo destemplado, la ropa mojada y una sensación de aturdimiento difícil de explicar. En casos puntuales, pueden ir acompañados de ansiedad, náuseas, palpitaciones, escalofríos o mareos.
Aunque los síntomas son muy parecidos, no es lo mismo hablar de sofocos que de sudores nocturnos en la menopausia. Según distingue la Asociación española para el estudio de la menopausia, los sofocos o sofocaciones son una repentina sensación de calor intenso en ciertas partes del cuerpo que suele durar entre dos o cuatro minutos y que pueden ocurrir varias veces a lo largo del día. Pero, cuando estos sofocos o calores ocurren durante el sueño, se denominan sudores nocturnos.
Las sensaciones que provocan los sudores nocturnos son prácticamente iguales que las de los sofocos, pero sus consecuencias son bastante peores para la salud. Al producirse por la noche, los sudores impiden descansar bien, sobre todo si se repiten varias veces a lo largo de la noche, y esta interrupción del sueño se suele traducir en fatiga o cansancio extremo, irritabilidad y problemas para concentrarse durante el día siguiente.

Cómo aliviar los sofocos y los sudores nocturnos
- Duerme en una habitación bien ventilada y lo más ordenada posible
- Usa sábanas y ropa para dormir de algodón ligero, porque transpira mejor
- Si es necesario, puedes recurrir a un complemento alimenticio. En algunos casos, un medicamento podría ser indicado, por eso, es fundamental que consultes con tu médico al notar los primeros cambios
- Evita las cenas copiosas y con demasiado picante
- Intenta llevar un horario de descanso lo más regular posible
- Toma una infusión relajante (no muy caliente) antes de acostarte
- Abandona el tabaco y el alcohol, porque empeoran este síntoma
- Controla tu peso, la obesidad es un factor de riesgo para los sudores
- Bebe mucha agua a lo largo del día
- Practica técnicas de relajación durante el día o antes de acostarte
¿Cómo actúan los complementos alimenticios en el cuerpo cuando se produce sudoración nocturna?
Las mujeres que sufren sudoraciones nocturnas suelen tener problemas para afrontar su día a día, no solo por la incomodidad que suponen, sino por los trastornos que acarrea pasar varias noches seguidas en vela. Hasta hace pocos años, los sofocos, al igual que otros síntomas de la menopausia, se vivían desde la resignación y el silencio, pero, por suerte, las mujeres hemos pasado de pantalla y ahora somos plenamente conscientes de que no tenemos que resignarnos y sufrir, sino buscar soluciones para recuperar nuestra vida. Convivir con la menopausia sin sufrir es posible.
En la consulta tu ginecólogo te comentará todas las opciones para abordar esta etapa de la vida de la mujer. Más allá de los tratamientos hormonales, que en algunos casos resultan una solución necesaria, los hábitos de vida saludables, un adecuada alimentación y ejercicio son pilares básicos a tener en cuenta. Una alternativa, cuando la dieta no es equilibrada es recurrir complementos alimenticios que ayudan a mejorar el bienestar.
MUSA MENO es un complemento alimenticio para la menopausia muy seguro, que ayuda a disminuir el impacto de las alteraciones hormonales, no solo los sofocos y los sudores nocturnos, sino también otros síntomas habituales de la menopausia como el insomnio o algunas alteraciones emocionales.

MUSA MENO contiene extracto de lúpulo rico en 8-prenilnaringenina, un componente que presenta propiedades fitoestrogénicas que contribuye a minimizar el déficit de estrógenos en el organismo y que puede ayudar a disminuir los sudores y los sofocos hasta en un 70%. Otro de los ingredientes de MUSA MENO relacionado con el síntoma de los sudores nocturnos, es el triptófano, que es un precursor de la melatonina, cuya principal función es que ayuda disminuir el tiempo que tardamos en conciliar el sueño, procurando así un descanso más duradero y reparador.
Por su parte, el aceite de onagra es uno de los productos naturales más utilizados para aliviar los síntomas de la menopausia, por los múltiples beneficios que aporta para la salud física y también emocional de las mujeres que atraviesan esta etapa.
Referencias
- Aeem.es. [citado el 16 de julio de 2024]. Disponible en: https://aeem.es/wp-content/uploads/2024/03/Sofocos_mujeres.pdf
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